Soy joven y me encanta esta profesión. Disfruto con los niños y niñas, y con los no tan niños, me encanta enseñarles y poder llegar a ser alguien importante e inolvidable en sus vidas. Y para ganártelos, hay que currárselo. Dicen que los profesores trabajamos poco, y me río ante ellos. Si queremos que el alumnado acuda a clase, saquen todo el provecho posible a las clases, se respeten entre ellos y ellos a nosotros, y encima disfruten, para ello son muchas las horas extras que se meten en casa para preparar clases “divertidas” y “productivas”. ¡Y qué decir sobre ponernos al día con la nueva tecnología! Y aparte, hay que preparar y corregir exámenes, preparar fichas, corregir cuadernos, tareas, nuestras horas de formación que estamos obligados a hacerlas, hablar con los padres y madres... y muchísimas cosas más. Y dicen que no trabajamos. Habrá de todo en este mundo, como en todos los oficios, pero claro está que no se puede generalizar. Un profesor o una profesora trabajan más de lo que la gente piensa. Y parece mentira pero el alumnado desgasta mucha energía. Cada trabajo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Y sobre el sueldo que decir, hoy en día la gente es afortunada por tener trabajo, en eso estamos todos de acuerdo. Pero nuestro sueldo no creo que sea nada del otro mundo, no es nada envidiable. Hay gente que cobra mucho más que nosotros, y encima les pagan la comida (dietas), gasolina, o incluso a algunos pueden disfrutar de un coche de la empresa.
Los profesores son la envidia de la gente, pero por si acaso ellos no estudiaron ni estudiarán para serlo. Antes, lo que decía el profesor iba a misa, y ahora es el ser más criticado del mundo. Y en muchos casos no se le deja hacer bien su trabajo.
Yo por mucho que cobre poco, nunca cambiaré mi profesión, porque es así como yo soy feliz. Cada uno tiene que hacer lo que le guste, y los demás tienen que dejarle ser feliz. Ante la crisis, los primeros perjudicados fuimos los profesores, una bajada de sueldo y amén. Ahora unos recortes importantes, nos quejamos y muchos creen que nos quejamos porque nos van a hacer trabajar más. Pues no señoras y señores, para empezar los más perjudicados ante estos recortes son los alumnos y las alumnas, que muchos han llegado a clase y se han encontrado sin tutor o profesora. Algunos gracias a Dios no perderemos el empleo, aunque hoy en día ni el funcionariado tiene nada asegurado. Sufriremos más bajadas de sueldo, y a callar. Pero lo que no se puede admitir son malas condiciones en la educación. La educación es una de las cosas más fundamentales de la persona, tanto la educación que se recibe en clase, como en casa. Ambos son imprescindibles e importantes en la formación del niño o de la niña.
De todos nosotros depende la educación. Lo pagamos nosotros y lo reciben nuestros hijos e hijas. Si queremos que dejen de jugar con algo tan importante como es la educación, deberíamos unirnos todos y conseguir que cuando el alumnado llegue a clase tenga un tutor esperándole en clase y además, que ese profesor o profesora sea un profesional, es decir, un especialista en la materia que les vaya a enseñar. Porque una cosa está clara, con la educación que los niños reciben desde el primer día, no se juega. Y todo el mundo quiere lo mejor para su hija o para su hijo, ¿verdad? Pues manos a la obra.
Miren Etxarri, maestra. Álava