Se trata de un conjunto de medidas que, a la espera de alcanzar el futuro Pacto por la Educación en el seno de la Comisión Parlamentaria creada al efecto, tratan de frenar o modificar el desarrollo de una norma tan contestada desde sus orígenes.
La principal novedad de este Real Decreto-Ley estriba en la absoluta desnaturalización de las popularmente conocidas como "reválidas", en el siguiente sentido:
1) Estas pruebas de evaluación pierden su carácter académico para el alumnado, por lo que no influyen en su promoción ni en su titulación, convirtiéndose en una simple muestra o un sondeo más o menos amplio para el análisis y valoración de las Administraciones Educativas.
2) La prueba correspondiente a Cuarto de la ESO, que se llevará a cabo de forma voluntaria por un conjunto de centros determinado, versará sólo sobre las asignaturas troncales.
3) La prueba de Segundo de Bachillerato, que se realizará exclusivamente sobre las materias correspondientes a este curso, sólo deberán superarla quienes deseen acceder a los estudios universitarios y su estructura será prácticamente similar a la actual prueba de selectividad.