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Detalles: Categoría: Profesorado - Acción Sindical ANPE | Publicado: 06 Mayo 2015 | Creado: 13 Mayo 2015 | Visto: 3212

El sindicato educativo con más representación en el Archipiélago constata un incremento de quejas de este tipo a través del Defensor del Profesor

 

Las nuevas tecnologías están transformando el mundo que conocemos. En muchas ocasiones, estos avances son positivos –implican nuevos modelos pedagógicos y una revolución en las formas tradicionales de enseñanza-, pero en otras ocurre justo lo contrario. ANPE CANARIAS ha constatado, a través de su servicio del Defensor del Profesor, un fenómeno nuevo: campañas difamatorias contra docentes que se gestan y magnifican través de Whatsapp. El sindicato ha recibido un número significativo de quejas de profesores sobre la rápida difusión de falsas acusaciones contra ellos a través esta red social. Los grupos de progenitores creados en la plataforma han sustituido las habituales conversaciones que madres y padres tenían en la puerta del colegio. La diferencia es que esta herramienta sirve para que un desencuentro entre un padre y un maestro se convierta en un juicio público sobre el desempeño laboral del docente.

Estos grupos de padres sirven para que las familias se informen sobre los deberes marcados para el día siguiente o las actividades extraescolares programadas. Sin embargo, en algunas ocasiones este tipo de información queda relegada a un segundo plano. “Hay padres que aprovechan estos espacios para propagar falsos rumores sobre algún docente, lo que ha motivado el aumento de este tipo de denuncias”, explica Pedro Crespo, presidente de ANPE CANARIAS. “Algunos progenitores buscan desprestigiar a algún profesor y la red social actúa como altavoz de esa queja. Al final, muchas veces la protesta no es generalizada ni tiene razón de ser, sino que responde a un malentendido entre un profesor y un padre, pero la sensación es que se trata de un conflicto mucho más amplio. Este acoso, además, repercute de manera muy negativa en el trabajo y la motivación para impartir las clases”.

Para la organización sindical, estas denuncias no deben considerarse una mera anécdota. Estas conversaciones “que se van de las manos” a veces terminan en enfrentamientos en el despacho del director y con la inspección correspondiente al docente. Las críticas hacia el profesorado no son nuevas, pero el auge de esta aplicación móvil amplifica el alcance. Al final, el debate esencial es si las familias tienen derecho a someter a escrutinio público la labor del profesor. Crespo insiste en que las familias tienen derecho a conocer el comportamiento, los logros académicos y demás asuntos relacionados con la vida académica de su hijo, además de a exigir que exista una transparencia real sobre cómo el docente trabaja con sus alumnos en el aula, pero no a promover campañas de acoso y criminalización de un profesional a través de un grupo de Whatsapp”.

La organización sindical quiere hacer un llamamiento a toda la comunidad educativa para recuperar el diálogo y las visitas de padres al centro como mecanismo de resolución de conflictos. La calidad de la enseñanza depende de la formación y la dedicación del profesor, pero también de que haya armonía en los centros. Para ello, la buena relación entre las familias y los docentes es clave: la educación de las nuevas generaciones depende de ambos.

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