Acción Sindical Profesorado de Religión.

Como ya han informado los medios de comunicación, centenares de personas, atendiendo a las llamadas del profesorado de Religión de Infantil y Primaria, se han lanzado a la calle para que su voz sea escuchada directamente por nuestros responsables políticos.

ANPE CANARIAS no ha escurrido el bulto, ha asumido su responsabilidad y ha acudido a las concentraciones convocadas por el colectivo, para apoyar hombro con hombro sus justas reivindicaciones, desde Tenerife hasta La Palma, desde Gran Canaria hasta Lanzarote.

Más de 40.000 firmas se han recogido, en apenas una semana, con la finalidad de denunciar el penúltimo abuso de este Gobierno contra un grupo de profesionales de la enseñanza pública.

Junto al profesorado de Religión, miles de personas anónimas y centenares de familias que han querido gritarles a los responsables de esta medida:

Al Ministro Wert por propiciar con su nefasta LOMCE la posibilidad de reducir la carga lectiva de religión. Al Presidente del Gobierno de Canarias, D. Paulino Rivero,  por su evidente silencio cómplice. Al Señor Consejero, D. José Miguel Pérez, por llevar a más de 200 trabajadores canarios al paro “por cuestiones ideológicas”. Lo alentamos a que, si no es por esta razón, explique públicamente cuáles son sus argumentos: ¿la aplicación de una Reforma Educativa ante la que se ha manifestado abiertamente en contra? ¿un ataque a un profesorado que no cuesta un céntimo a la Consejería de Educación?

¿Pero quiénes se han creído que son estos políticos, para pisotear la libre elección efectuada por más del 85% de las familias de nuestro alumnado? ¿Cómo se atreven a despreciar sus decisiones formuladas conforme al marco legal establecido?

Estas familias, y ANPE CANARIAS junto a ellas, están en contra de esta imposición en la aplicación del nuevo currículo de Primaria para el próximo curso; lo único que reclamamos es que el Gobierno dialogue y no imponga sin más su criterio, que, aunque sea por una sola vez, demuestre tener un mínimo de voluntad negociadora.

¿Acaso se puede interpretar de otra manera el hecho de que el pasado 13 de junio la Consejería haya enviado a los centros el nuevo horario semanal, antes de tan siquiera recibir el preceptivo informe del Consejo Escolar de Canarias? ¿Qué clase de tomadura de pelo es ésta? ¿Cómo se puede manifestar tal nivel de desprecio hacia las instituciones que la propia Administración Educativa ha creado?

Toda esta gente que hoy se ha manifestado en las calles de Gran Canaria, Lanzarote, La Palma o Tenerife, le está diciendo a nuestros gobernantes que, en materia educativa, no se puede tomar decisiones exclusivamente por motivos ideológicos. Y si esto no es cierto, si lo niegan, si tienen la desfachatez de desmentirlo, que expliquen entonces a la sociedad isleña cómo han acumulado tan enormes dosis de cinismo político para presumir de su oposición a la LOMCE (coincidiendo con nuestro sindicato) y recurrir la norma en el Estado para sacarse la foto “junto a los rebeldes”, mientras en Canarias aplican algunas de sus disposiciones más dañinas para el sistema.

¡Que nos expliquen bien clarito por qué están empeñados en reducir la plantilla del profesorado de Religión de Primaria en más de 200 efectivos, sin justificación de ninguna clase!

ANPE CANARIAS ni permanecerá impasible, como otros, ni se quedará callado  nos quedaremos callados ante semejante agresión a los derechos del profesorado, de nuestros compañeros y compañeras. ¿Cuándo se ha visto por estas islas que, de golpe y porrazo, en virtud del “ordeno y mando”, se reduzca a la mitad la jornada laboral y las retribuciones de unos empleados públicos, que, además, son un modelo permanente de vocación y entrega al alumnado en sus centros de trabajo?

Este sindicato continuará apoyando sin fisuras las justas reivindicaciones de este colectivo, porque siempre hemos defendido, defendemos y defenderemos hasta el final los legítimos intereses del profesorado de la enseñanza pública de Canarias, porque entendemos que la educación en nuestra tierra debe estar al servicio  de todos y todas.

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